“La función del escritor es escribir, es sentarse en la mesa, tomar notas y estar creando ficción”
Ante un pletórico auditorio de la escuela la mañana del miércoles 3 de diciembre el escritor ecuatoriano Carlos Arcos Cabrera compartió con los alumnos y docentes de la institución una amena charla en la cual los asistentes pudieron conocer su obra.
Originario de Quito, Ecuador. De formación sociólogo pero de profesión académico y escritor Carlos Arcos abrió su participación diciendo lo emocionado que estaba de regresar a México, ya que un viaje anterior (a nuestro país) le dio la oportunidad no solo de conocer sus regiones como Yucatán, la costa del Golfo y Tamaulipas, sino también de conocerse a sí mismo: “Un viaje por la historia y su literatura, recuerdo que descubrí autores como Martín Luis Guzmán (…) disfruté enormemente la poesía de Gorostiza, Muerte sin fin es uno de los poemas más logrados de la literatura española, por cierto ese monstruo literario que es Octavio Paz, ese otro monstruo que también es Carlos Fuentes, sin olvidar a Elena Poniatowska, a Carlos Monsivais y demás”
Comentó que dicho viaje le puso en un dilema que tardó muchos años en resolverlos, su encrucijada era “¿Qué quiero hacer de mi vida?, yo vine a estudiar sociología acá (…) pero permanentemente me escapaba de mis actividades, de las lecturas densas de las ciencias sociales siempre estaba buscando, indagando en el mundo de la literatura (…) recorriendo los escenarios históricos en la perspectiva de encontrar esos personajes”. Citó también que México ha dado acogida a grandes autores extranjeros y ha sido la cuna en donde se han gestado grandes obras de la literatura, por ejemplo Malcolm Lowry autor de Bajo el Volcán que es una de las novelas más grandes de la literatura inglesa anglosajona y México ha sido también destino de muchísimos autores latinoamericanos así que “estar aquí en Chapala, estar con ustedes es como estar en familia, es como poder pensar, repensar mi propia vida, no solo mi vida personal sino también mi vida literaria”.
Una vez que dio la oportunidad de ser cuestionado le preguntaron por la función del escritor a lo que respondió “la función del escritor es escribir (…) es sentarse en la mesa, tomar notas y estar creando ficción (…) y ni siquiera pensando en quien va a ser tu lector sino en el acto de creación, si escribes pensando en quien te va a leer, pues estar perdido”.
Le inquirieron si existen características distintivas que puedan diferenciar a un escritor ecuatoriano de uno mexicano, contesto que si ya que “quien escribe parte de una cosmovisión, de una manera de ver el mundo y claro que eso de alguna manera marca ciertos aspectos de la literatura y eso la enriquece porque tienes aspectos distintos… que se yo… cuando me acuerdo leí Pedro Páramo de Juan Rulfo sentí que hablaba de experiencias mías, Juan Rulfo es mexicano sin embargo cuando la leí sentí que me hablaba, que me decía cosas a mí, de mi propia vida, de mi propio pasado, entonces sí, escribía desde un lugar llamado México, pero estaba en un mundo amplio, maravilloso en la república universal de las letras (…) el valor de Juan Rulfo y su Pedro Páramo no es porque es mexicano sino porque hace una literatura que puede hablar cualquiera”.
Carlos Arcos Cabrera nació en Quito en 1951. Sociólogo, académico y escritor, es autor de tres novelas claves de la literatura ecuatoriana contemporánea: Un asunto de familia (1997); Vientos de agosto (2003), ganadora del premio Joaquín Gallegos Lara y que forma parte de dos importantes colecciones de narrativa ecuatoriana: Biblioteca de la Ilustre Municipalidad de Guayaquil ( 2007) y Literatura del Ecuador (Alfaguara, Madrid, 2009); y El invitado (2007), con la que obtuvo por segunda ocasión el premio Joaquín Gallegos Lara, reeditada en Barcelona (2008) y que es parte de la serie de novela de la Campaña Nacional de Lectura Eugenio Espejo.
Entre pregunta y respuesta transcurrieron más de setenta minutos en los cuales respondió a las preguntas realizadas con los jóvenes, quienes al término de la misma algunos de ellos se acercaron para solicitar les concediera una fotografía a lo que acepto con gusto.