En enero de 2019, esta comunidad del SEMS dio el banderazo para escribir su propia historia; luego de una pandemia y mucho trabajo de por medio, la comunidad del centro de Tlaquepaque se afianza
Antes de enero del 2019, Víctor Hugo Olivos Gómez llegó al predio donde sería la Preparatoria 22 de la Universidad de Guadalajara (UdeG). En ese momento no había nada. Ahora, con añoranza recuerda que en un cajón de tráiler él y otros universitarios tuvieron la encomienda de recibir los documentos y asesorar a los padres de familia y adolescentes que conformarían la primera generación.
Cuando inició el ciclo de estudio 2019-A, solamente había un módulo. El otro, estaba en construcción. El proyecto que cubriría la Preparatoria 22 era incipiente. La mayor parte de lo que comprendería la maqueta apenas alcanzaba un 10 %. Así fue como comenzaron, en un pequeño espacio con una matrícula de más de 900 estudiantes.
Víctor Hugo Olivos, que ahora es prefecto de este plantel del Sistema de Educación Media Superior (SEMS), afirma: “Llegar y ver nada, y estar ahorita con lo que es esta escuela es darse cuenta de que uno vivió esta experiencia hermosa de crecimiento. Es un mundo inmenso. La Prepa 22 ahora es una casa, es un hogar es un espacio donde uno camina y a cada paso uno siente la tranquilidad de su hogar”.
Este 2024, la Preparatoria 22 se compone de seis módulos, un séptimo que está por inaugurarse, que es donde estará el taller de cerámica para que entre en función la Trayectoria de Aprendizaje Especializante en esa área; se cuenta con la biblioteca David Huerta donde se ofrece, además del servicio, material y espacio de lectura, áreas de emprendimiento e innovación y un cubículo para el uso de los estudiantes con el fin de que se organicen en sus trabajos de equipo.
Cabe destacar que parte de la infraestructura de esta escuela se ha edificado con recursos autogenerados por el corporativo de Empresas Universitarias de la UdeG (https://acortar.link/YZHIL1). La planta docente se compone de 68 profesores, de los cuales poco más de 30 cuentan con alguna certificación; otros están en trámite.
Han pasado cinco años de que arrancó el servicio educativo de esta escuela de la UdeG que tuvo la misión de abrir un espacio dentro del Área Metropolitana de Guadalajara, prácticamente en el centro de Tlaquepaque. Ahora, más de 3 mil estudiantes cursan su bachillerato ahí. El total de la matrícula se divide en atención a jóvenes de Tlaquepaque (con un 50 %), Tonalá (30 %), Guadalajara (8 %) y el resto, chicos y chicas de Zapopan y Tlajomulco de Zúñiga.
A un año de iniciada la vida académica de esta comunidad se vino la pandemia de COVID-19, que significó un reto, pero a su vez, fue la oportunidad de que el plantel pudiera crecer en infraestructura para alcanzar a concretar el proyecto de escuela. Asimismo, los docentes se enfrentaron, como en todas las Prepas UDG, a la enseñanza en línea.
El director del plantel, doctor Francisco Javier Caro Gutiérrez, declaró que ser una comunidad joven representa eso mismo que se vio en la pandemia, una oportunidad y también un reto: “Las áreas de oportunidad es algo que debemos aprovecharlas, y más allá de señalarlas para mal es aprovecharlas para ajustar e impulsar; en la parte de los retos, tenemos que irlos sorteando con estrategias para asesorarnos mutuamente, tanto a profesores como a alumnos”.
Puntualizó que actualmente la Preparatoria 22 ha impulsado su labor en diversos campos, que van desde el arte, las ciencias e ingenierías —el año pasado su agrupación denominada Tlaqueracing representó a México en el desafío mundial del F1 in Schools, en Singapur—, así como en el plano deportivo, apostando por disciplinas como béisbol, sóftbol, voleibol, basquetbol y futbol.
“La Prepa 22 puedo decir que es una escuela que empieza a tener tintes aspiracionales. Ahora uno se encuentra con padres de familia que desean que sus hijos ingresen aquí. Eso es algo que es un objetivo. Este último calendario de ingreso se manifestó: tuvimos algunos estudiantes con promedio destacado, como una alumna que entró con 195.28 puntos, eso no es fácil de lograr; también tuvimos a seis personas arriba de 90 puntos en el examen”, expuso.
Por su parte, la maestra Sofía Josefina Valerio García, secretario de la escuela, añadió que se ha pensado en que el plantel sea un epicentro de educación integral, por lo que, otros servicios que se han puesto a disposición de la comunidad estudiantil son: asistencia médica, psicológica, atención social para chicos con vulnerabilidad económica; el centro de emprendimiento, la biblioteca, el cubículo para el servicio de los chicos para que puedan hacer sus trabajos en equipo, el tema deportivo, entre otros.
“Tratamos de captar a los chicos de alguna manera para que el tiempo que tengan disponible lo puedan utilizar aquí mismo. Nuestra idea es que ellos entiendan que la prepa es suya, que sientan que ellos son parte primordial de la escuela. Ellos son la razón de ser de cada cosita que hacemos y siempre van a ser nuestra razón; hacer una prepa como la nuestra en cinco años se hace con una excelente gestión, pero también con un excelente equipo de trabajo. Si las personas no se sienten tomadas en cuenta o escuchadas no lo lograríamos. Siento que es un orgullo trabajar en esta escuela”.
El infinito en un lustro de la Preparatoria 22, como parafraseo del libro de Irene Vallejo, involucra el desafío de los jóvenes de haber estudiado en un entorno en construcción; de toda la comunidad de haber transitado por una pandemia; la adaptación con el entorno social, con los vecinos; el crecimiento en personal; la capacitación de los docentes; el ver egresar a la primera generación; y por fin, cinco años después, pensar en ver terminado el proyecto que inició en enero de 2019.