La justa, a celebrarse de manera virtual desde Japón, se llevará a cabo el próximo 28 de julio
Gerardo Gutiérrez Álvarez se involucró en las olimpiadas de ciencias, inspirado en que podría ganar en alguna de las clasificaciones y eso se convertiría en una opción para conocer más personas y viajar a las sedes donde sería cada eliminatoria.
Eso lo llevó a ganar la regional, la estatal y la nacional de Química; después se abrió la opción para capacitarse con expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y ahora es uno de los cuatro jóvenes elegidos que representarán a México en la Olimpiada Internacional de Química que se efectuará el 28 de julio con sede en Japón.
Sin embargo, la covid-19 condicionó a que este año tuviera que realizarse el concurso de manera virtual. A pesar de eso, Gerardo lo ve con buenos ojos, ya que esto lo ha llevado a explorarse y darse cuenta que las ciencias no sólo son algo que se “le da”, sino que son un complemento que lo llevan a sacar lo mejor de sí.
Recién egresó de la Preparatoria 5 y su último encargo como representante de la Universidad de Guadalajara (UdeG) será en la justa internacional; posteriormente iniciará sus estudios del nivel superior en Física, en la Universidad Ruhr de Bochum, en Alemania; primero a distancia y posteriormente viajará al país teutón para completar su formación de licenciatura.
Sobre su incursión en las ciencias, Gerardo destaca que la Química tiene para él un atractivo en áreas como la práctica, la teórica, la Físico-Química, la cuántica, la inorgánica y la orgánica.
Con respecto a las ciencias en general, afirma que le dotan de un pensamiento analítico que transporta a la reflexión incluso en entornos cotidianos, “te ayuda mucho en la parte lógica, en pensar más allá; te lleva a buscar otras respuestas. Favorece a desmontar un poco los dogmas que hay en general. Cualquier dogma que tengas lo puedes tumbar con este pensamiento analítico”.
Asevera que lo que lo ha llevado a obtener logros ha sido el trabajo continuo: “Más que ganar y decir que soy el mejor, me gusta demostrarme a mí mismo que puedo hacer algo. Que puedo ser la mejor versión de mí mismo y no necesariamente mejor que un chavo de Rumania o de China, eso no me interesa tanto como el pensar en ser la mejor versión de mí mismo y eso me llena de mucha satisfacción”.
Respecto a su paso por la máxima Casa de Estudio de Jalisco externa: “La UdeG en mi vida significa un cambio de 180 grados: de ser un adolescente revoltoso a ser una persona más centrada que sabe qué quiere hacer, que tiene objetivos… es un cambio absoluto. Si no fuera por el SEMS (Sistema de Educación Media Superior) no hubiera participado en las olimpiadas o no habría tenido maestros tan buenos, o no habría tenido estas instalaciones que son muy buenas para hacer prácticas y agradezco tener esto. Claro que me llevo con orgullo a la UdeG”.