Existe desconocimiento de quién fue Fray Antonio Alcalde en gran parte de la sociedad tapatía

La doctora Adriana Ruiz Razura del CUAAD expuso sus investigaciones sobre el jalisciense ilustre en CUTonalá

En el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) se estima que alrededor del 85 % pudiera desconocer quién fue Fray Antonio Alcalde y Barriga; esto de acuerdo con una investigación encabezada por la doctora Adriana Ruiz Razura, coordinadora de la maestría en Gestión y Desarrollo Cultural, del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) quien basa esta conclusión en una encuesta realizada a 800 tapatíos.

 
Dichas estimaciones fueron expuestas en la conferencia “Paseo Alcalde: testimonio del legado de un sabio”, que se transmitió a través de Facebook y donde Ruiz Razura señaló que la realidad es otra en el ámbito académico o entre estudiosos del tema, pero mucha gente de a pie desconoce quién fue el ilustre jalisciense.

 
Fray Antonio Alcalde nació en Cigales, Valladolid, Provincia de Castilla la Vieja, en 1701. Contaba con 16 años cuando tomó el hábito dominico en el convento de San Pablo, en España. El 18 de septiembre de 1761 fue nombrado por el Rey Carlos III, como Obispo de la Diócesis de Yucatán, con sede en la ciudad de Mérida.

 
El 12 de diciembre de 1771, a sus 70 años, llegó a Guadalajara como el vigésimo segundo Obispo de la Diócesis de la Nueva Galicia, y su labor fue fundamental para la creación de dos instituciones hermanas: el Hospital Real de San Miguel de Belén (hoy Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde”) y la Real Universidad de Guadalajara.

 La investigadora buscó en archivos de Yucatán datos sobre el fraile y encontró documentos firmados por él que detalla la llevaron a comprender “cómo fue que él hizo tanta obra en Nueva Galicia. Tuvo experiencia de diez años en Yucatán. Hizo dos visitas por toda esa zona, imagínense a Yucatán en aquella época”.

 
“Un hombre de 61 años visitando estos pueblos, que están en condiciones muy complejas, en los que muchas veces ni había brechas. A él le interesaba que la gente supiera las obligaciones de los curas, los costos de los bautizos, matrimonios y actividades eclesiásticas, y cómo los curas tenían que entregar esos diezmos para él poderlos distribuir”, señaló.

 
Relató que cuando llegó a Guadalajara vio la situación de pobreza y abandono de muchos de sus habitantes e hizo tres obras máximas: el Hospital Civil, el Santuario de la Virgen de Guadalupe y decidió que la ciudad tenía que airearse, sacar a la gente del Centro, y mandó construir una serie de “Cuadritas”, que eran casitas que podían ser habitadas por trabajadores. Él logró expandir la ciudad hacia el norte.

 
Ruiz Razura calificó a Alcalde como un personaje histórico sobre el cual siempre se encuentran aspectos nuevos en las investigaciones. “Es interminable todo lo que él hizo en la Nueva España”, por lo que destacó la importancia de que los tapatíos conozcan su historia y conserven su patrimonio y sus tradiciones.

 
Subrayó: “Patrimonio que no se conoce, no se valora, ni se cuida, ni protege. Infortunadamente, es una pena: en Guadalajara pareciera que una de las aficiones es destruir y acabar con el legado arquitectónico y urbanístico, y eso es verdaderamente trágico porque vamos a perder identidad y no vamos a tener a qué aferrarnos”.

 

Hizo un llamado a que las nuevas generaciones (jóvenes, niñas y niños) valoren el patrimonio cultural, de ahí la importancia de la investigación y de cuidar y proteger nuestros archivos históricos, “el patrimonio constituye las raíces que nos anclan a la tierra, que nos dan sentido de pertenencia”.

 
La investigadora contó que durante su trabajo en la Universidad de Texas encontró una partitura de un himno dedicado a Fray Antonio Alcalde, pero sin la letra. Sin embargo, en el Archivo del Arzobispado encontró la letra que coincidía con la partitura. El himno fue compuesto por Tiburcio Saucedo para conmemorar el centenario de la muerte de Alcalde, obre que se extravió y hasta ahora no se sabía que existía.

 
Sentenció: “El poder recuperar este himno fue algo muy importante. Hace dos años, el 8 de agosto se cantó por primera vez después de más de 150 años de estar en el olvido”. El himno puede ser escuchado en la dirección: https://bit.ly/3bhmR4O.

 

Ruiz Razura participó con esta intervención en el I Coloquio “Herencias artísticas y prácticas culturales del patrimonio jalisciense. Entre lo tangible y lo intangible”, organizado por el Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá), mismo que que continuó este viernes 19 de febrero.

 

  • Boletín Informativo No. 52
    Martha Eva Loera
    Viernes 19 de Febrero de 2021
    Guadalajara, Jalisco
    Fotografía: Cortesía CUTonalá