Resaltan especialistas la importancia del desarrollo de habilidades para la vida como prevención de adicciones durante la contingencia

El SEMS organizó su segundo conversatorio del Pre Congreso Habilidades para la vida en tiempo de crisis

El segundo conversatorio del Pre Congreso Habilidades para la vida en tiempo de crisis se llevó a cabo este jueves bajo la temática del abuso de adicciones en estos momentos en los que sigue presente la pandemia de covid-19, organizado por la Coordinación de Apoyos Académicos del Sistema de Educación Media Superior (SEMS) en vinculación con la Coordinación de Servicios Estudiantiles (CSE), la Coordinación General de Servicios Universitarios (CGSU) y la Coordinación General Académica y de Innovación (CGAI) de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

 

El diálogo estuvo a cargo de la maestra Angélica Rivera Ortega, trabajadora social y abogada con experiencia en sistemas penitenciarios y Derechos Humanos; el licenciado Nelson Osiel Saucedo, trabajador social clínico y psicoterapeuta; la maestra Gloria Elizabeth Arronis Pulido, psicóloga y maestra en terapia familiar; el doctor Enrique López Ramírez, especialista en educación superior; la maestra Blanca Gabriela López Maciel, trabajadora social, maestra en educación de la sexualidad humana y en terapia familiar y de pareja. La moderación la desarrolló el doctor Ricardo Pérez Mora, de la Coordinación de Innovación Educativa y Pregrado de la UdeG.

 

Durante la charla se analizó el contexto social que se vive en la actualidad con la presencia de la pandemia de covid-19 y cómo las medidas de aislamiento social pueden llegar a mellar en los estados de ánimo y la salud emocional de las personas, al grado de que se genere adicción a sustancias desde la más elemental, como se le considera al alcoholismo, hasta otras más graves como se han presentado en ciertos grupos sociales como es la metanfetamina, conocida coloquialmente como “cristal”.

 

Arronis Pulido detalló que estas señales de alarma se presentan cuando se genera preocupación, tensión y estrés, que son síntomas que se han intensificado entre la población a causa de la cuarentena; por lo que una salida para controlar los niveles de presión que producen las medidas sociales de contención a la enfermedad así como las implicaciones económicas y políticas es el abuso de sustancias.

 

“En ese sentido es importante considerar las habilidades para la vida que pueden generar respuestas a las emociones de contención que surgen y son naturales. Se debe partir de la idea de que no tenemos toda la información de covid-19 y como especie debemos seguir informándonos y preparándonos para encontrar alternativas de autoconocimiento de destreza básica. Como orientadores educativos y tutores es de gran relevancia identificar las alertas de otras personas a las que podremos guiar para canalizar con los expertos cuando sea necesario”.

 

Por su parte, López Maciel explicó que existen una serie de objetivos que plasmó la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el combate a la pobreza que se verán afectados con las condiciones que deje la pandemia, por lo que la salud emocional de la sociedad se verá alterada, “la carencia de cuestiones básicas que están dentro de ese listado como lo son los sistemas de salud pública o la educación propiciará que aumenten problemáticas en la salud psicológica de las personas y por ende el consumo de sustancias”.

 

Agregó que posterior a la pandemia será necesario tener mayor atención especializada de quienes resulten afectados; “es importante tener en cuenta las habilidades para la vida dictadas por la propia OMS”, que son: el autoconocimiento, la toma de decisiones, la empatía, el manejo de problemas y conflictos, el pensamiento creativo, la comunicación asertiva, las relaciones interpersonales, el manejo de emociones y sentimientos y el manejo de tensiones y estrés.

 

Rivera Ortega relató parte de su experiencia en centros penitenciarios donde quienes están presos representan el grueso de la población exponencial al consumo de drogas que afecten a sus emociones y actos, que va desde el alcohol hasta otras sintéticas, “esto también afecta fuera de los centros penitenciarios, porque con la pandemia ahora debemos estar más tiempo dentro de casas que fueron diseñadas solamente para dormir y convivimos con otros integrantes con sus propias emociones y la tensión hasta del espacio condiciona a buscar opciones que nos den libertad, ya que la dinámica de la rutina condiciona a la salud”.

 

Coincidió con la maestra Arronis Pulido y sumó que se tiene que desarrollar, como los sistemas inmunes, una barrera para el manejo de las emociones, “la salud mental es muy compleja porque la solución varía entre cada persona. Para ello es importante saber cuándo necesitamos ayuda y solicitarla para así tener intervenciones de acuerdo con el nivel de afección. Estamos obligados a reconocer mecanismos de prevención para no acostumbrarnos al sufrimiento”.

 

Osiel Saucedo recomendó hacer una retrospectiva en la historia de la humanidad para testificar que las grandes crisis provocadas por pandemias, guerras o hasta desastres naturales han ayudado a la humanidad a visualizar una oportunidad para la reconfiguración de las acciones que en lo colectivo estaban erróneas y hasta para retomar prácticas que en otros tiempos eran elementales en la formación o en la organización social.

 

“La situación actual afecta a la sociedad en lo económico, en lo político, en la salud; eso merma las redes de apoyo y hasta las formas en las que estábamos acostumbrados a interactuar. Quienes no tenían problemáticas emocionales ahora las tienen y despiertan ansiedad o generar costumbres en el consumo de drogas, psicotrópicos u otras adicciones. Es relevante que veamos esta oportunidad como un momento para reestructurarnos”. Subrayó que cuando pase la contingencia por covid-19 los grupos vulnerables serán más vulnerables, así que desde las instituciones es importante que se trabaje y planifique las maneras en las que se podrán desarrollar intervenciones para regresar a las habilidades para la vida.

 

López Ramírez reflexionó que una persona que genera adicción a alguna sustancia lo hace debido a la falta de mecanismos de alivio para dar frente a las situaciones sociales que se le anteponen, “si no se desarrollaron habilidades para la vida, las drogas pueden ser una puerta de escape. Aquí entra mucho el tema de la resiliencia, que consiste en los dispositivos para salir con un aprendizaje productivo de alguna situación aprovechándola para salir favorecidos”.

 

En lo colectivo concluyeron que las personas que comienzan a generar alteraciones emocionales pueden buscar alternativas como las dispuestas por la tecnología donde orientan la energía emocional al ejercicio físico, a la meditación, la relajación, la respiración adecuada o al desarrollo de actividades recreativas como de cultura y arte.

 

Asimismo recalcaron que, tanto las instituciones de salud como las educativas, juegan un papel de suma importancia en la atención de estos padecimientos ya que una persona con desórdenes emocionales o apego a las drogas lo manifiesta desde un salón de clases, por lo que la figura de tutor o de orientador educativo es fundamental para la atención oportuna.

 

Además, advirtieron que la contingencia debe convertirse en un espacio donde se reestablezca el tejido social y familiar de los grupos, ya que cada integrante debe sentirse parte del colectivo con sus aportaciones, responsabilidades y obligaciones. Sugirieron que en caso de ser necesario se puede canalizar a las personas al Instituto Jalisciense de Salud Mental (SALME), al Consejo Estatal Contra las Adicciones o a organizaciones como la Fundación México me Necesita, con números: 3323497488.

 

Para los siguientes conversatorios que se realizarán en junio se abordarán las temáticas de e gestión de las emociones y asesoría o acompañamiento de los orientadores educativos y tutores.

  • Boletín Informativo No. 136
    Víctor Rivera
    Jueves 28 de Mayo de 2020
    Guadalajara, Jalisco
    Fotografía: Víctor Rivera